PECADOR!”, “¿Te das
cuen?”, “¡A can demor!”,
“¡Cuidadín!”...
son expresiones que
atribuimos sin vacilar a Chiquito
de la Calzada, cantante, actor
y sobre todo cómico de verbo
sincopado y lenguaje corporal
inconfundible, pasto de numerosos
imitadores. Ahora sabemos
que su nombre de pila es el
de Gregorio Esteban Sánchez
Fernández, nacido en Málaga
en 1932 y, desde marzo de 2012,
viudo de la cordobesa Pepita
García Gómez, con la que se casó
en 1950. A mediados de mes
nos desayunábamos con la noticia
de que el popular artista,
sin hijos, había sido hospitalizado
después de ser rescatado
por los bomberos en su casa de
Málaga tras una caída.
El episodio sobrevenido a
Gregorio, superado con envidiable
sentido del humor surrealista
(“He tenido una pequeña
caidita de Roma”), en
otros muchos casos análogos
acaba en tragedia. Además, coloca
en el primer plano de la actualidad
—no solo del procés y
del artículo 155 vive el hombre—
una de las realidades sociales
más penosa y característica
de nuestro tiempo: la soledad,
asunto tratado con enfoque
global por Juan Díez Nicolás
y María Morenos Páez en el
estudio, ya clásico, La soledad
en España (2015). Capítulo
aparte merece la soledad subjetiva
y forzosa de muchos ancianos,
incrementada por cambios
socioculturales y económicos,
enfermedad que, al paso que
vamos, podría convertirse en
una epidemia. Según datos del
INE, en España 368.400 personas
con más de 85 años viven
solas. El Observarorio de la Salud
Comunitaria acaba de aportar
al respecto datos muy elocuentes:
un 39% de las mujeres
navarras con más de 80 años
(edad en la que se incrementa la
dependencia) se hallan en la
misma situación, un porcentaje
que se reduce hasta el 19,1% en
el caso de los varones.
Ante este panorama tan
preocupante, urge una llamada
de atención a la concienica y la
acción de las familias, las Administraciones
y la sociedad civil.
Por razones de estricta justicia,
los servicios de Atención a Domicilio,
dependientes del Gobierno
y los Ayuntamientos, deberían
potenciarse al máximo.
En diciembre de 2016, por iniciativa
del Voluntariado Franciscano
de Pamplona y la Sociedad
Navarra de Geriatría Gerontología,
se constituyó el
Grupo de Estudio de la Soledad
en la Vejez (GRESOVE). Todo
sea por acrecentar la dignidad y
el bienestar de nuestros mayores,
“¡por la gloria de mi madre,
fistro!”