La detención al comienzo de esta semana de dos hombres de 85 y 84 años por presuntamente haber matado a su esposa y a su compañero de residencia, respectivamente, ha llamado la atención en la comunidad foral. Ante esto, la presidenta de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología, Teresa Marcellán, llama a la calma y califica de anecdótica la concentración de estos casos en la última semana. Subraya, además, que las conductas agresivas, excepcionales en este grupo poblacional, suelen responder a patologías sin diagnosticar o sin tratar. La atención a las señales de alarma resulta, según la especialista, más que necesaria.
¿Las muertes violentas asociadas a los mayores son casos que escapan de lo normal?
En general, sí escapan de lo normal. La población mayor tanto en los domicilios como en las residencias no tiene conductas de agresividad. Existen en base a ciertas patologías, pero normalmente se manejan y no llegan a agresiones de mayor envergadura. En relación a estas últimas noticias, se trata de algo muy anecdótico, porque son casos poco frecuentes.
¿Qué papel tiene aquí el deterioro cognitivo?
El deterioro cognitivo va unido a la edad, pero no por ser mayor aparece el deterioro cognitivo. Solo lo tienen las personas mayores con una patología, y es cierto que esto aumenta con la edad. El deterioro va unido a la merma del conocimiento y de las capacidades de la toma de decisiones. Siempre que una persona mayor no sea capaz de recordar y de tomar las decisiones con la coherencia con que las tomaba antes, habría que sospechar que pueda tener un deterioro cognitivo y evaluarlo. No hay conductas agresivas por el hecho de envejecer, las hay unidas a las patologías que puedan venir con el envejecimiento, con trastornos geriátricos y sobre todo degenerativos, pero en general son unas manifestaciones bastante minoritarias. Con el envejecimiento, más bien, disminuyen ese tipo de conductas.
¿Qué factores pueden llevar a conductas de mayor agresividad?
Podrían ser patologías que están sin diagnosticar y sin tratar, o conductas del entorno en las que se les lleve la contraria. Habría que valorar cuáles son los rasgos de personalidad de las personas, porque pueden venir de situaciones que tenían ya una complejidad anterior. El abuso de sustancias es siempre un mal acompañante.
¿Por qué cree que se están congregando últimamente estos casos de agresiones más extremas?
En general, la población mayor tiene una tasa de criminalidad muy baja. En cierto que ahora se han congregado estos casos y se están achacando a personas de edad avanzada, pero posiblemente sea casual y anecdótico. Cada caso es diferente y tiene circunstancias particulares. Son temas muy delicados de tratar para poderse posicionar, sobre todo, ante la ausencia de muchos datos. Y en cuanto a malos tratos, hay más análisis sobre malos tratos hacia los mayores que a la inversa.
¿Cree que la visión de las personas mayores pueda cambiar a raíz de casos de este tipo con tanta repercusión?
Creo que nunca debemos generalizar sobre el caso esporádico. El respeto y buen trato hacia los mayores tiene que prevalecer siempre, así como la necesidad de que cada uno esté filiado y tratado en base a la patología que tenga. Y como sociedad hay que saber cuáles son las señales de alarma para evitar cualquier situación de empeoramiento.
¿Qué mensaje enviaría para no alarmarse ante estos casos?
Yo siempre manifestaré el respeto hacia las personas mayores, la escucha activa, el no infravalorar sus mensajes y el evaluar si requieren la intervención pertinente. Así como transmitirles un mensaje de tranquilidad a las familias y a las personas que tienen deterioro cognitivo o demencia. No hay que vincular la demencia con hechos criminales. Se trata de un acontecimiento muy esporádico y que debe ser analizado.
Fuente: diariodenavarra.es