Cuadernos Gerontológicos nº 36

Este número de Cuadernos Gerontológicos será editado ya en el año 2025, precisamente el año en que celebramos el 25 aniversario/convocatoria del Premio Tomás Belzunegui. Un acuerdo entre la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología y la Asociación de Periodistas de Navarra dio paso, con la primera convocatoria 1999-2000, a un Concurso Literario que tuviese como tema a las personas mayores. En este número recogemos los premios concedidos en la convocatoria del año 2024. Desde aquí reiteramos nuestra felicitación a quienes han recibido el premio o el accésit, y nuestro agradecimiento a todas las demás personas que presentaron sus trabajos a concurso y a las entidades colaboradoras.

En estas páginas pretendo hacer una breve reflexión sobre la evolución de la percepción de la imagen de las personas mayores, no solo a través de los escritos literarios, memorias o trabajos académicos, sino también desde mi visión de trabajador social gerontólogo que ha estado en la organización del Premio casi desde las primeras convocatorias.

El Premio Tomás Belzunegui desea incentivar la producción literaria entre los adolescentes y la población en general dejando, intencionadamente, un hueco para la producción literaria de las personas mayores de Navarra. También se ha intentado incentivar, con el reconocimiento y los galardones, a las actividades intergeneracionales y a las publicaciones que tratasen sobre las personas mayores en los medios escritos. En un momento dado, también, se ha reconocido la producción audiovisual y, desde hace varias convocatorias, se ha reconocido aquellos trabajos universitarios de fin de grado, fin de master o Tesis de Doctorado, que tratasen el fenómeno del envejecimiento. Se podría sospechar que la motivación de autores y entidades para participar en este Certamen fuese por la obtención de un premio en metálico, diploma o reconocimiento, legítima aspiración de quien se lanza a concursar. Sin embargo, el Jurado del Premio siempre ha tenido la sensación de encontrarse ante historias personales, actividades y estudios, donde las personas mayores eran protagonistas, valorando aquellos ejemplos que dejasen claro el rechazo a los prejuicios y estereotipos sobre las personas mayores; este ha sido el objetivo fundamental del Premio Tomás Belzunegui.

Personas de renombre literario y cultural como el catedrático Tomás Yerro y el profesor Salvador Gutiérrez, de Bilaketa, velaron por reconocer también la calidad literaria de los trabajos presentados, ayudando al Jurado a completar sus valoraciones socio-gerontológicas.

El Premio Tomás Belzunegui es un Premio modesto, en currículo, presupuesto y universo, pero ha servido para unir sinergias entre diferentes profesionales y entidades colaboradoras y ha tenido la suficiente fortaleza y visibilidad para llegar a las puertas de su 25 aniversario. Los galardones se han quedado mayoritariamente en Navarra, pero también han ido a parar a diferentes puntos de la geo grafía española. Han llegado algunas colaboraciones procedentes del resto de Europa y América, aunque no hayan sido premiadas. No sé si habremos conseguido cambiar la percepción que la sociedad tiene de las personas mayores, ¡qué pretensión!, pero sí hemos contribuido a que un nutrido grupo de amables concursantes se preguntasen sobre las personas mayores y nos lo contasen.

Temas como la imagen de las personas mayores, la relaciones y actividades intergeneracionales, los nuevos roles de las personas jubiladas, las artesanías populares en manos de mayores, la autoestima, los procesos de envejecimiento, etc., han ido apareciendo en los relatos enviados a concurso, pero somos conscientes que son temas que siguen abiertos. De igual forma, sigue abierto el tema del contexto intergeneracional, en el que se desenvuelve la sociedad, tema que siempre hemos querido observar en los relatos, actividades y estudios que se han presentado al Premio. Es algo que parece interesante que siga siendo motivo de análisis y fina observación, no solo por los profesionales de la gerontología, sino también por los propios protagonistas del envejecimiento y de la nueva longevidad. La imagen que la sociedad tiene de las personas mayores y la imagen que las personas mayores proyectan de sí mismas, es algo que no se resuelve con un Premio Literario, aunque hayamos formado parte de ese escenario, como testigos.

A lo largo de las historias y actividades intergeneracionales, en no pocos trabajos presenta dos, ha predominado la abuelidad, lo que supone una relación entre generaciones muy jóvenes y otras muy mayores. Pero también se ha visto reflejado el empoderamiento de personas mayores que han tomado las riendas de sí mismas después de su vida laboral y otros que han sabido transmitir, a las siguientes generaciones, sus conocimientos y profesiones, o han estado trabajando juntos varias generaciones en los mismos escenarios socio-laborales-cultura les. Es un tema apasionante, porque nos va mucho en ello. Será motivo de estudios el próximo escenario, si no estamos ya en él, de la convivencia intergeneracional, lo que ya alguien ha llamado, el nuevo contrato social entre generaciones y que se traslada también al mundo laboral.

De aquel escenario, que se vislumbraba hace años, de unas personas mayores jugando a las cartas (ejercicio que ayuda a estimular la memoria), en clubes de jubilados durante horas interminables, imagen no del todo real, injusta y algo estereotipada en algunos momentos, hemos pasado a encontrarnos con colectivos de personas mayores matriculados en estudios universitarios, asociados en entidades y/o cooperativas de intereses comunes, como la vivienda, los viajes, la cultura. Es un camino que ya estamos recorriendo, que es real y que responde mejor a la heterogeneidad de las personas mayores. Podemos observar un cierto resurgir del movimiento senior en el mundo laboral y, como no podía faltar, un desarrollo de la “economía plateada” entorno al consumo de servicios pensados para las personas mayores.

También quedan abiertos otros temas, como la soledad y las personas cuidadas y que cui dan (profesionales o no), en los que la imagen de las personas mayores y sus cuidadores, deberían mostrarnos sus capacidades, sus derechos y la dignidad de sus vidas. Muchas de las colaboraciones recibidas, tanto en relatos como en actividades, hacen referencia al mundo de los cuidados.

Así, seguiremos preguntándonos, ¿cuánto de todo esto está libre de edadismo o de estereotipos o prejuicios? No se trata sólo de cambiar de escenario, se trata de resaltar quién es el protagonista de la obra, con sus derechos, obligaciones y su dignidad.

Ojalá existan muchos más Premios Tomás Belzunegui que sepan reconocer estos nuevos escenarios y premiar a quienes los pongan en valor utilizado las nuevas tecnologías de la comunicación, etc.

Queda claro que el Premio Tomás Belzunegui, no es el laboratorio de ninguna patente ni el escenario de ninguna opera prima, sólo ha pretendido reconocer, premiar, a quienes nos han querido contar cómo se ven o ven a las personas mayores, en un contexto intergeneracional, sin prejuicios ni estereotipos, libre de edadismos. El Premio, preferentemente, ha dado por su puesto que el marco de la literatura es un arte amable para contar las cosas, pero también ha echado mano del audiovisual, las actividades intergeneracionales y los estudios universitarios.

Cuadernos Gerontológicos, en su línea de recoger y dar visibilidad, en cada convocatoria del Premio, los trabajos que fueron galardonados, realizarán un seguimiento de la conmemoración del 25 aniversario del Premio Tomás Belzunegui. Además del acto solemne de la entrega de los galardones, dará cuenta de las principales actividades que se desarrollen durante este año y que ya se encuentran en fase de organización.

Como adelanto, diré que en el mes de mayo celebraremos un conversatorio sobre el resignificado de la vejez. En él, participarán varios profesionales del mundo de la gerontología, con presencia de una psicóloga experta en actividades intergeneracionales, una directora productora de trabajos audiovisuales, dos periodistas y un trabajador social.

En el mes de junio, organizaremos un ciclo de cine en colaboración con la Filmoteca de Navarra, Se visionarán tres películas que hagan referencia a las personas mayores, desde diferentes ópticas, seguidas de su respectivo cinefórum o tertulia. En el mes de noviembre, como es habitual, tendremos el acto de entrega de los premios de la 25 convocatoria, al que invitaremos a algunas de las personas que fueron premiadas anteriormente, para que ellos entreguen algunos de los galardones a los nuevos premiados. Igualmente, invitaremos a los iniciadores del Premio, representantes de la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología y de la Asociación de Periodistas de Navarra, así como a las entidades colaboradoras.

Desde la organización del Premio Tomás Belzunegui deseamos que la revista Cuadernos Gerontológicos siga siendo una ventana abierta para dar visibilidad a la realidad de las personas mayores en esta sociedad tan cambiante y llena de retos socio culturales.

Ahora les dejo con la lectura de las obras premiadas. ¡Disfruten de ellas!

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